El tiempo al aire libre también impacta positivamente en la salud mental, ya que estar en contacto con la naturaleza reduce el estrés y la ansiedad en los niños, promoviendo un estado de ánimo más positivo y equilibrado. Además, favorece la concentración y la creatividad, ya que los entornos naturales estimulan la imaginación y el juego libre.

Los niños que tienen la suerte de pertenecer a medios rurales crecen en ambientes mucho más saludables y amigables para ellos, pero si no es nuestro caso, hay otras muchas maneras de que nuestros hijos se puedan beneficiar de todo lo que la naturaleza tiene que ofrecer.

Una de ellas es realizar aventuras y excursiones familiares con nuestros hijos durante el fin de semana, los puentes y las vacaciones escolares: hacer pequeñas rutas de senderismo, ver una cascada, visitar una granja, un jardín botánico, un castillo, o alguno de los maravillosos pueblos que tenemos en España. No importa el plan, lo importante es disfrutar del tiempo juntos en un entorno donde nuestros pequeños puedan respirar aire puro y correr libremente sin prisas ni ataduras.